Diseño de una suite en una segunda residencia dónde el cliente tenía muy claro sus deseos: un ambiente simple, práctico y con un aire de elegancia discreta.
Creamos una paleta atemporal de grises, blanco y ricos tonos tostados para mantener la coherencia visual con la gama cromática preexistente en el baño adjunto, que infunde un ambiente claramente masculino al espacio.
El cristal transparente que separa el baño del dormitorio permite mantener una sensación de amplitud y luminosidad, permitiendo que la luz fluya sin obstáculo entre ambos espacios.
La elección del mobiliario e iluminación aporta un aire moderno y minimalista, mientras que el contraste entre los colores agrega profundidad y elegancia al ambiente. La manta que cubre la cama añade textura creando un punto focal acogedor y sofisticado dentro de la suite y el papel de pared aporta calidez.
La instalación de la lámpara a pared permite liberar espacio en la mesilla de noche y adaptar la luz directa según las necesidades.
En conjunto, esta combinación crea un espacio armonioso y cómodo.