Espacio creado para una familia que adquirió la propiedad como una segunda residencia en la montaña. Querían que las espectaculares vistas de este salón formaran parte del ambiente y que el interior se integrara con el exterior.
Para ello se dispuso una distribución fluida y funcional con mobiliario realizado totalmente a medida, respetando los acabados originales de la vivienda.
Se utilizaron materiales naturales como la madera maciza de roble conservando su forma orgánica en los cantos, el hierro, lanas recicladas y lino principalmente, y se replicaron en las telas los colores de la naturaleza. Todos los objetos decorativos fueron seleccionados atendiendo a criterios biofílicos.
Con un juego de color y texturas se consiguió un ambiente cálido, sereno y atemporal para relajarse disfrutando del fuego y las vistas pero sin ser un ambiente estricamente rústico.